Las cigarreras de Madrid

María tiene 18 años y dos ojos negros que matan si están abiertos y privan cuando se cierran; sus cejas pobladas y negras se pierden suavemente en sus rosadas mejillas, que cubiertas por dos hermosas madejas de pelo, más negro que el ébano y más brillante que el azabache, sombrean sus rostro dando interés a sus facciones; sus labios de algo más que carmín subido, dejan ver por intervalos una doble banda de dientes, cuya blancura no osaría competir con la nieve”

Los Españoles pintados por sí mismos, Ignacio Boix 1843

La cigarrera madrileña ha sido cómplice, musa, inspiración, deleite y fantasía de números artistas y viajeros. Un gremio que siempre ha inspirado cierto misterio y ha alimentado la imaginación de poetas y escritores, incitando a la creación de numerosas obras maestras de la literatura y la dramaturgia, y propiciando innumerables mitos y leyendas que han sobrevivido hasta nuestros días.

Obras de pintores como Gonzalo Bilbao, llamado “el pintor de las cigarreras”, Meunier o Zuloaga, o la famosísima novela de Carmen de Merimeé, han dado pie a la creación de una imagen de las tabacaleras del siglo XIX muy determinada, bravas, morenas, lozanas, “echás pa lante”, españolas y humildes. Seguir leyendo